OBJETIVOS
El objetivo principal de RAPPPI+D+i es el de avanzar hacia la instauración de una cultura de prevención de los riesgos psicosociales en las organizaciones de diferentes sectores en Aragón y compartir metodología y experiencias para gestionar estos riesgos.
Objetivos secundarios:
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- Mejorar la cultura de la PRL
- Mejorar la salud de las personas trabajadores entendida, según la OMS, como un estado completo de bienestar físico, social y mental, no sólo la ausencia de enfermedad.
- Contribuir a alcanzar los ODS
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Qué entendemos como RIESGOS PSICOSOCIALES
Todas las condiciones de trabajo presentes en el medio laboral pueden afectar positiva o negativamente a la salud de las personas trabajadoras. Tomando como ejemplo los factores físicos, la temperatura sería un factor favorable cuando se mantiene entre ciertos límites. Por debajo de una temperatura se trabaja con frío, acercándonos a cero, sería un serio riesgo. En el otro extremo, trabajar por encima de ciertas temperaturas, también se convierte en un factor de riesgo. Al igual ocurre con el ruido, a partir de unos decibelios se convierte en molesto, estresante y hasta doloroso.
Las condiciones psicosociales son menos fáciles de apresar, de definir unos valores óptimos y de ser medidos. El grado de inestabilidad en un puesto, la precariedad, la carga, que puede convertirse en sobrecarga, la posibilidad, o no, de mantener un cierto control sobre el ritmo de trabajo, la ausencia de recompensas intrínsecas, la falta de justicia, la congruencia o incongruencia entre los valores del trabajador y los de la empresa, la violencia, etc., son algunas de las innumerables condiciones en el trabajo que pueden convertirse en riesgos, especialmente si se instauran como algo normal.
Efectos de los riesgos psicosociales
Los riesgos psicosociales afectan a la salud de las personas, a la organización y a la economía en general.
El mundo laboral ha sufrido grandes transformaciones en las últimas décadas, como la globalización de la economía, la creación de un Mercado Único Digital, o la irrupción de nuevos riesgos.
La Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo señala que la mitad de los empleados considera que el estrés está presente en su medio laboral, generando pérdidas de jornadas, rotaciones excesivas y abandono del puesto de trabajo. En este contexto de cambios, la pandemia mundial por SARS-CoV-2 exige a las empresas una gestión eficaz de los riesgos psicosociales, pues los daños sobre la salud se suman a los producidos por la crisis sanitaria.
Los problemas de salud física y mental causados por el estrés laboral tienden a negarse, pero si el estrés es enfocado como un problema de la organización, y no como una debilidad de la persona, es posible prevenirlo al igual que otros riesgos.
EVALUACIÓN, INTERVENCIÓN Y PREVENCIÓN
Los riesgos psicosociales surgen de errores en el diseño, en la organización y en la gestión de las condiciones de trabajo, de los sistemas de participación, comunicación y supervisión.
Hablamos de malestar, de estrés, incluso de agotamiento, cuando las demandas laborales superan las capacidades del trabajador, que se siente desbordado para hacerles frente. La persona suele pasar por un período en el que ha intentado cumplir con diferentes tareas, asumir la carga prolongando su jornada o llevando los problemas a su vida personal. Este proceso puede desembocar en psicopatologías, comúnmente acompañadas de trastornos psicosomáticos: problemas del sistema inmunológico, cardiovasculares, musculo-esqueléticos, etc.
Los altos niveles de estrés también se dejan notar en un deficiente rendimiento para la organización, incremento del absentismo, mayores índices de siniestralidad por errores, bajas prolongadas, o abandono, acarreando altos costes para la empresa y la sociedad.
Evaluación
Al igual que el resto de riesgos, la empresa está obligada a evaluar los riesgos psicosociales y a adoptar las medidas preventivas necesarias para eliminarlos o minimizar los daños que pueden causar sobre la salud de las personas trabajadoras.
Sin embargo, abordar los riesgos psicosociales entraña más dificultad que la que suponen los riesgos tradicionales.
Para ser eliminados o disminuidos es necesario determinar, mediante una evaluación, qué aspectos pueden ser fuente de malestar, estrés u otros daños. Estos se generan de manera progresiva y pueden encontrarse en diferentes fases, por lo que debemos detectar sus primeros indicadores y diseñar programas de intervención para su solución.
La evaluación es el primer paso de la prevención, puesto que la identificación, valoración y control de los factores de riesgo de origen psicosocial y la planificación de medidas preventivas conduce a una gestión eficaz.
Evaluar las exigencias de un trabajo no debe centrarse únicamente en los factores que pueden constituir riesgo, sino también diferenciar los aspectos que suponen una posibilidad de usar las habilidades que contribuyen a la realización de la persona trabajadora. Una gestión eficaz de los riesgos psicosociales debe ser abordada desde un enfoque holístico, entendiendo a la organización, a las personas y a su entorno como un sistema en el que cada elemento interactúa con el resto.
El trabajo a distancia y el teletrabajo han irrumpido en la vida de muchas personas trabajadoras, primero de un modo forzado por la pandemia y poco a poco, se va haciendo de forma voluntaria, por acuerdo de la empresa con la persona trabajadora. Los riesgos asociados a estas formas de trabajo requieren de una especial atención, sobre todo, los factores psicosociales, ergonómicos y organizativos.
Intervención
La intervención sobre el nivel organizacional (sistemas de comunicación, carga de trabajo, participación, etc.) ha mostrado mayores logros que las intervenciones dirigidas a dotar de estrategias individuales de afrontamiento del estrés, aunque la combinación de ambos tipos puede ofrecer óptimos resultados.
Las acciones puntuales no parecen mantener las mejoras obtenidas, por lo que se recomienda que las medidas se incorporen de manera sistemática, buscando que el concepto de prevención esté presente e integrado en el día a día de la empresa.
Elección de técnicas de evaluación y prevención
El proceso de evaluación de riesgos psicosociales implica una metodología rigurosa, ya que la intervención se basa en la información obtenida.
Los métodos utilizados deben haber superado un proceso de validación, demostrando su fiabilidad y validez, así como contemplar criterios legales y técnicos que faciliten su aplicabilidad, incluyendo aspectos que han recibido respaldo científico a la hora de medir: estrés laboral, acoso, violencia y síndromes asociados como el burnout, o la adicción al trabajo. Con el avance de los usos de dispositivos digitales han cobrado especial interés otros riesgos asociados a estas tecnologías como: el tecnoestrés, la tecnofatiga, la tecnoansiedad o la tecnoadicción, entre otros.
La metodología debe contar con un diseño adecuado, un análisis estadístico que descarte explicaciones equívocas y una formulación de la causalidad de los procesos de exposición al riesgo y sus efectos sobre la salud.
Las empresas de menor tamaño no siempre cuentan con medios para acceder al método que se ajuste a su evaluación.